“El idolocentrismo atenta directamente contra el desempeño en equipo”
Los seleccionados y entrenadores de hockey sobre césped, autores del libro “Pensar en equipo”, analizan cómo funciona el juego colectivo en el deporte contemporáneo.
Varios años se tomaron Tomás y Pablo Rodríguez para dar vida a “Pensar en equipo”, libro que reúne sus reflexiones, teorías y conceptos acerca del juego colectivo y que se pasea con soltura por numerosos deportes de equipos, desde el fútbol al rugby, pasando por el básquetbol y el hockey sobre césped, su especialidad.
Estos deportistas, seleccionados nacionales y entrenadores de esta disciplina, no hablan desde la pura teoría: sus años de experiencia en la selección chilena, en el equipo del Prince of Wales Country Club y a cargo de la formación de jugadores les han dado una visión completa y reposada acerca del trabajo asociativo en la cancha de juego. “Lo expuesto en el libro está marcado a fuego por nuestra experiencia en la cancha”, señalan los hermanos Rodríguez Noé, para quienes el trabajo colectivo es parte de su propia naturaleza: son gemelos, practican el mismo deporte y desde siempre han estado dispuestos a colaborar.
En éste, su primer libro –escrito a dos manos-, los hermanos Rodríguez entregan una visión global del juego en equipo, imprescindible para jugadores, entrenadores y admiradores de los deportes colectivos.
-¿Qué los motivó a escribir este libro?
-La fascinación, las ganas de seguir ligados al juego en equipo, la cosecha de toda una vida fueron las principales motivaciones. Una larga experiencia en cualquier ámbito de acción da un punto de vista que es distinto de las materias que te fueron impartidas. Te da una concepción propia de las cosas y el solo hecho de constatarlo despierta el deseo de compartirla.
-¿A qué fuentes recurrieron para la investigación y cuánto tiempo les tomó consolidar estas observaciones e ideas en un libro?
-Para dar con una propuesta que abarcara a todos los deportes colectivos, estudiamos casos del fútbol, fútbol americano, rugby, básquetbol, hockey y vóleibol, entre otros. Necesitábamos tener la experiencia de entrenadores connotados y para ello los estudiamos, los contactamos o nos entrevistamos con quienes los conocieron directamente. Los datos que obtuvimos en esos levantamientos nos sirvieron para construir un relato, que fue fortalecido con la observación de videos y literatura que citamos en la bibliografía. Ese material y las entrevistas hechas a nuestros propios entrenadores, nos ayudaron a solidificar nuestra propuesta.
LOS ÍDOLOS DEPORTIVOS
-Ustedes apuntan al individualismo, el “me-me-world”, como uno de los factores que atentan contra el juego colectivo. Sin embargo, hoy en día las estrellas deportivas son prácticamente commodities y trabajan bajo grandes presiones comerciales, económicas y también sicológicas. ¿Cómo afecta esto en el desempeño de los equipos deportivos?
-El hecho que los jugadores se vean tentados a sobresalir para conseguir los mejores contratos, necesariamente produce un menoscabo en el trabajo asociativo. Pareciera que los equipos siempre han tenido la posibilidad de organizarse para contener al bando contrario y para filtrar la pelota en ofensiva, pero en deportes como el fútbol, en los que se ha impuesto una lógica transaccional, ellos se ven forzados a aceptar los arranques personales, la migración y el recambio prematuro de jugadores, viendo interrumpido todo proceso de profundización en lo que respecta a juego asociado. Su juego puede llegar a ser dominado por el ingenio de unos pocos y al verse reducido a su mínima expresión colectiva, el equipo se empobrece. El idolocentrismo al que se inclinan atenta directamente contra el desempeño porque las prioridades cambian. El jugador que busca su consagración propia olvida a sus compañeros en busca de un aplauso. Éste muchas veces olvida la tarea y no se conecta con el grupo. Es por ello que el rendimiento de los equipos, en esta era, es claramente más bajo.
-En esa misma perspectiva, ustedes resaltan el valor de los procesos para llegar a obtener logros deportivos. ¿Cómo afectan las presiones económicas y sociales, que exigen triunfos rápidos, sobre los equipos deportivos? ¿Pueden éstos efectivamente tomarse el tiempo necesario para consolidar su trabajo en equipo?
-Estas presiones ciertamente que merman la evolución de los procesos de trabajo, pudiendo llegarse a exageraciones como el despido de un cuerpo de entrenadores que recién asume. En realidad, más que una excepción, la interrupción de los procesos en el fútbol de mayores se ha vuelto una constante. Para establecer cualquier metodología necesitas un tiempo de trabajo, así como jugadores capacitados para llevarlas a cabo y eso es algo a lo que se puede aspirar si en divisiones inferiores existe una formación en conceptos de juego que dé real sustento al primer equipo.
EL CASO DE LA ROJA
-Dado que estamos en pleno desarrollo de la Copa del Mundo, con La Roja recogiendo halagos por su actuación, ¿cómo aprecian la dinámica de equipo en selección chilena? ¿Qué aspectos destacarían o corregirían ustedes en esta materia?
-Es evidente el progreso que ha tenido la selección nacional. Es quizá la mejor de todos los tiempos, tiene varios jugadores muy buenos con experiencia internacional, acostumbrados a presentarse en el Camp Nou, en el Giuseppe Meazza o en el Maracaná y que no se ven abrumados por las fortalezas de su contendor. El equipo ha mostrado personalidad, los jugadores se pasan la pelota intentando dominar las acciones. Para mejorar, sin duda, queda avanzar en los aspectos mental, conceptual y táctico. Hay que conducir al equipo para que consiga hacerse de la pelota, reduciendo el espacio de acción, sobre la base de movimientos asociados de 8 a 10 jugadores. Hay que conducirlo para el ataque de posición, la concreción de contragolpes y la penetración de equipos que están echados atrás. Holanda, por ejemplo, le puso un problema que no logró resolver, a pesar de haber contado con una posesión de pelota abrumadora. ¿Por qué la Selección no logró sacar a los naranjas del fondo de cancha? ¿Por qué no supo crear espacio para conseguir buenos remates al arco? El hecho que al término del partido se haya puesto la atención en aspectos ajenos al trabajo de grupo, como el arbitraje o las faltas reiteradas de los holandeses, nos aleja de una realidad más propia y abordable: no estábamos preparados para superar a un equipo cuyo negocio era mantener el empate y sacar ventajas sobre la base del contragolpe.
-A propósito de la actuación de Chile en el Mundial, en el libro ustedes plantean que es preferible concentrarse en la superación que en el triunfo y que, al constatar el progreso interno del equipo, los buenos resultados llegarán por añadidura. ¿Debería ser ese pensamiento parte del análisis de La Roja, tras su paso por el Mundial?
-De todas maneras. Un proceso de trabajo siempre incluye la posibilidad de caer ante un rival poderoso, por eso nunca hay que centrarse en que ojalá no nos crucemos con Brasil, si no en hacerlo cada vez mejor,, de modo que queramos enfrentarnos con Brasil. Es la superación permanente la que naturalmente nos enaltece. La selección chilena, así como cualquier grupo de trabajo, tiene la opción de evolucionar en un fútbol más maduro si se vuelca a aprender a crear y a reducir espacio asociadamente, algo que será posible si mantiene cierta cohesión en el grupo que la conforma y deja de poner toda la atención en las figuras que le dan brillo.
FUERA DE LA CANCHA
-El libro recurre a fuentes que no tienen relación directa con el deporte: la filosofía, la literatura, la historia, la música. ¿Pueden aplicarse, en el sentido inverso, las concepciones acerca del juego en equipo a otras disciplinas fuera de la cancha?
-Así es. Las empresas quieren equipos trabajando unidos porque cada día es más claro que eso constituye la llave para conseguir sus objetivos. Muchas organizaciones hoy recurren a la figura del coach para acompañar, aconsejar e integrar las decisiones que sus miembros van tomando. Ese coaching al que recurren, está absolutamente inspirado en la gestión que realiza el entrenador para liderar a su equipo en la cancha.
-Ustedes, como deportistas, han tenido la oportunidad de ver el juego en equipo desde dentro y desde fuera de la cancha. Lo que exponen en el libro, ¿qué tan lejos o tan cerca está de lo que ustedes mismos vivieron en las canchas como jugadores?
-Lo expuesto en el libro está marcado a fuego por nuestra experiencia en la cancha. Hay un relato que está hecho desde nuestros paradigmas. Como hemos expresado, nosotros nos vimos conmovidos por lo que otros nos enseñaron a hacer en equipo y eso fue lo que finalmente nos alentó para poner nuestros puntos de vista.
-¿Hay algún equipo en Chile, de cualquier disciplina, que ustedes destacarían como un ejemplo del juego en equipo?
-No, todavía no vemos un equipo en Chile del que podamos sacar lecciones para el funcionamiento colectivo, como si encontramos en la Liga española, la NBA o el Copa Europa de clubes de rugby. En general, nos falta profundizar en la comprensión del juego y la relevancia del sentido de equipo y es por eso que terminamos cayendo en las instancias decisivas.